James Rooke
Coronel
James Rooke fue un militar irlandés nacido en 1770 y fallecido después de resultar herido en la Batalla del Pantano de Vargas en la Nueva Granada (actual Colombia), el 28 de julio de 1819 haciendo parte de la legión británica que participó en la Campaña Libertadora de Nueva Granada.
James Rooke nació en Dublín alrededor de 1770. Se unió al ejército británico en el año 1791 y luchó en varias campañas contra Francia, alcanzando el rango de mayor para 1802. Rooke estaba bien relacionado y se hizo amigo personal del príncipe de Gales. Sin embargo en 1801 tuvo que vender la mayoría de sus propiedades para cancelar sus deudas, y se trasladó a Francia, que estaba entonces en paz con los Británicos. Cuando estalló de nuevo la guerra, las autoridades francesas apresaron a Rooke. Permaneció en prisión hasta su escape a principios de 1813 y se unió posteriormente al ejército del duque de Wellington en España. Rooke fue relevado del ejército cuando terminaron las hostilidades en 1814, pero cuando Napoleón Bonaparte regresó en 1815, fue reclutado nuevamente luchando en la batalla de Waterloo.
En 1816 se retiró de la armada británica y se trasladó a vivir a la isla de San Cristóbal y Nieves. Integró la legión británica en 1818 para apoyar la revolución independentista en Suramérica dirigida por Simón Bolívar, y fue nombrado comandante de la legión británica en reemplazo del oficial Wilson. En la Batalla del Pantano de Vargas, el coronel Rooke fue herido por metralla de artillería en el brazo izquierdo. Éste se le tuvo que amputar, debido a la gravedad de la herida y cuando se lo desprendieron, lo alzó con su mano derecha y gritó en castellano, pero en un inconfundible grito con acento inglés:
«¡Viva la Patria!»El cirujano le preguntó en inglés:«Which Country? Ireland or England?» (¿Cuál Patria?, ¿Irlanda o Inglaterra?)Rooke meneó negativamente la cabeza y contestó:«The Country which will bury me...» (La que me ha de dar sepultura...)
El Coronel Rooke murió días después de la amputación en un convento de Belencito, en el actual departamento de Boyacá, razón por la cual es recordado con mucho orgullo y aún se le rinde homenaje en Colombia; como uno de los artífices de la independencia de las actuales naciones suramericanas.
La viuda del coronel Rooke, sra. Anna Rooke, disfrutó de una pensión vitalicia y recibió una suma de dinero como indemnización, y gozó de los honores que le correspondían como la viuda del militar.